lunes, 6 de marzo de 2017

“Antología de la poesía española del siglo XX”. Miguel Díez Rodríguez, Mª Paz Rodríguez Taboada.

Leer poesía es sumergirse en un intramundo, un universo interior particular que nos evade de la realidad cotidiana. Y leer a los poetas del siglo XX, los “cuasi” contemporáneos, nos acerca más a nuestras inquietudes, a las diatribas más profundas de nuestras meditaciones. Escrutando sus poemarios nos abstraemos hacia el intimismo a través de un ensamblaje entre verso y música, entre cadencia y sentimiento.

La “Antología” comienza su trayectoria en el Modernismo, con la figura del nicaragüense Rubén Darío, pasando por las Vanguardias, sobre todo el Surrealismo, las  Generaciones  del 27 y del 36, las décadas del 40, 50 y 60 y los Novísimos, una miscelánea verdaderamente fructífera y diversa.

Las disquisiciones existencialistas  (Rubén Darío: “no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo”, poema 7;Vicente Aleixandre, p.97; Blas de Otero, p.166; Gil de Biedma, p. 207), Castilla (Manuel Machado,p.10; Unamuno, p.17; Gerardo Diego, p.68), la añoranza y la nostalgia del paso del tiempo empañados por el desaliento (Antonio Machado, p.25; Pedro Salinas, p.58; Cernuda, p. 107, José María Valverde, p.147; Ángel González, p.187; Gil de Biedma,p. 201; Francisco Brines, p. 223), el afán de la sabiduría (Juan Ramón Jiménez: ¡Intelijencia, dame / el nombre exacto de las cosas”,p.48), las descripciones y evoluciones de la naturaleza-tierra (Antonio Machado, p. 30; Julio Llamazares, p. 254), la muerte (Luis Cernuda, p. 100; Miguel Hernández, p. 129), el engaño de la vida (León Felipe, p. 119) el amor (Luis Antonio de Villena, p. 251, Felipe Benítez, p. 262), la protesta (Gabriel Celaya, p.163), el anhelo de otros mundos (Juan Gil-Albert, p. 121), el mar (Pedro Gimferrer, p. 238), la guerra (Blas de Otero, p.172, Martínez Mesanza, p. 260)o la alegría de vivir (Jorge Guillén, p. 62; Vicente Aleixandre, p. 96;José Hierro, p.184, Goytisolo, p. 194), son todas cuestiones que alcanzan el trasfondo del alma. Es una temática que, con la rima, emociona, que hace reflexionar irremisiblemente mediante la elegancia del verso y la utilización, a su vez, de un lenguaje críptico repleto de innumerables giros y simbologías, desordenado  en ocasiones, como el ánimo del propio autor, complejo siempre, logrando sutilmente implicarnos.

Araceli de la Torre.

Club de Lectura del IES Delicias

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