lunes, 6 de junio de 2016

Gustavo Martín Garzo: “Donde no estás” (Premio de la Crítica de Castilla y León 2016)

Los misterios de una familia envuelven el relato de Ana, una muchacha de 15 años, que llega un verano al pueblo de Villalba (Valladolid) para pasar unos días. A través de su abuela, de su tía Joaquina y de Fernanda, la criada, y luego de Daniela, la maestra, irá descendiendo al abismo de los más oscuros secretos que antaño precipitaron los acontecimientos relacionados con sus padres, ya ausentes.

La protagonista (aunque en realidad el eje del libro es Sara) refiere en primera persona sus vivencias en la villa: desde las escenas costumbristas que describen las labores, pasando por visiones oníricas que se entremezclan con la realidad, hasta la plasmación de recuerdos que retornan. En toda esta amalgama de sucesos y contradicciones con la opinión de cada personaje, Ana va componiendo un puzle que se resolverá con una carta guardada por su madre. Y, mientras, innumerables preguntas y pensamientos afloran a su instinto adolescente.

Vemos cómo se trata el tema de la naturaleza hasta en sus más pequeños detalles, el tema de la muerte, el de la nada, el del existencialismo con el por qué y para qué del devenir en nuestro tránsito por el mundo, que carece de significado y lleva a los personajes a situaciones extremas por su inadaptación social (como en las novelas de Dostoyevski) ya que buscan su propia identidad y un sentido a la vida, obrando de un modo pasional y sin limitaciones: “Vivimos tratando de comprender quiénes somos, por qué hemos nacido y por qué tenemos que morir, si la vida tiene sentido…” . Es muy visible el problema de las diferencias sociales, y las disquisiciones sobre el amor, la amistad, la hipocresía, las relaciones de pareja o el mundo infantil: “Nunca contamos con la falta de corazón y el egoísmo de los niños”. Muy de soslayo, se nos deja entrever la enfermedad del alzhéimer, mientras que el terror de la Guerra Civil y su posterior influencia en la sociedad subyacerán siempre latentes a lo largo de toda la historia.

Martín Garzo utiliza un lenguaje directo, preciso y claro, sin ambages ni retóricas, que lo hacen comprensible para todo tipo de lectores, muy sencillo y cercano al hablado, metiéndose en la piel de la muchacha que lo narra. Encontramos hermosas descripciones naturalistas: “Estábamos en el vuelo del aguilucho lagunero, en el fulgor de la oropéndola, en las bellotas y en los botones dorados de la manzanilla”; “La araña se desplazaba por los hilos con sus patitas delgadas, al acecho de sus presas, y era como si también Sara fuera segregando un hilo así”. El conjunto, en general, recuerda las ambientaciones románticas del siglo XIX sugeridas en atmósferas nocturnas, pobladas de fantasmas, bosques, apariciones sobrenaturales y personajes surrealistas de gran complejidad.

El autor introduce cortes drásticos en cada capítulo y a su vez, la novela se divide en tres partes bien separadas, debido a  sus diferentes narradores: la exposición de Ana, la carta de su madre y el epílogo. El propio Martín Garzo indica que es una “novela construida sobre voces”.


Gustavo Martín Garzo nace en Valladolid en 1948. Es licenciado en Filosofía y Letras con especialidad en Psicología. Ha fundado las revistas literarias Un ángel más y El signo del gorrión. Su actividad literaria es muy prolífica y ha obtenido innumerables premios:
. Emilio Hurtado de Relatos, en 1991 con El amigo de las mujeres.
· Miguel Delibes en 1993, con Marea oculta.
· Nacional de Narrativa, en 1994 con El lenguaje de las fuentes.
· Nadal, en 1999, con Las historias de Marta y Fernando.
· Finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 2000, con Una miga de pan.
· Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 2003, con Tres cuentos de hadas.
· Premio Mandarache de Jóvenes Lectores de Cartagena, 2008, con Mi querida Eva.
· Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, 2010, con Tan cerca del aire.
· Finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León, 2012, con Y que se duerma el mar.
· Premio de la Crítica de Castilla y León, 2016, con Donde no estás.



Araceli de la Torre


viernes, 3 de junio de 2016

Camilo José Cela: "Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes"

Resulta difícil leer algo tan divertido y al mismo tiempo tan amargo. Pero en fin, ya sabemos que existe algo llamado humor negro. Si es por eso, aquí hay negrura hasta el hartazgo. Estoy por decir que el Lazarillo original es una novela más positiva de lo que habitualmente se piensa, sobre todo si la comparamos con esta. Qué desolación de humanidad.

Lo que da la risa floja es, sobre todo, el virtuosismo verbal que luce Cela (como siempre) en boca de los peleles que pueblan este relato. Y al mismo tiempo da horror. Hay buena gente aquí, pero la bondad aparece tan inútil, tan ridícula y contraproducente, que no inspira más que compasión. No es que se promocione la maldad: al contrario, esta aparece tan aborrecible como es. Pero es lo que hay. Eso es Cela en estado puro, Cela que hace siempre la misma comida con distintas salsas, pero eso sí, muy sabrosas.

Jesús LCL

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