viernes, 24 de enero de 2014

Raymond Chandler: "La dama del lago"

Hay elementos en las novelas de Chandler que se han convertido en tópicos. Personajes, situaciones, es fácil imitarlos e incluso parodiarlos (recuerdo al pato Lucas ataviado con sombrero y gabardina, mirada grave y manos en los bolsillos, a las puertas de una mansión señorial donde será recibido por la mujer fatal de guardia, narrando él mismo en off). Pero el toque de genio no se reproduce así como así. Está en todo: diálogos, descripciones, comentarios al margen, presentación de personajes, dosificación del sarcasmo.

Y hablando de sarcasmo, la dama del lago no es aquí una pálida aparición rubia con una espada en la mano, sino el repulsivo cadáver de una mujer de dudosa identidad, por más que la identifique un borrachín de fiabilidad más dudosa aún. La trama avanza, como siempre, a golpe de intuiciones del protagonista y de fisuras en el comportamiento de los malos. Y como siempre, al final, Marlowe acaba destapando los sepulcros blanqueados para que quede al descubierto la podre y nadie se llame al autoengaño. Ese parece ser el sentido de su vida, no por modesto y sucio menos necesario.

Al hablar de La dama del lago es inevitable recordar su adaptación cinematográfica, esa de la cámara subjetiva, donde vemos por los ojos del protagonista. Robert Montgomery hace un buen Marlowe, a pesar de su apariencia campechana. Me convencen menos las mujeres, en las que no hay visos de esos cabellos que "brillaban con un lustre perverso", por ejemplo.

Jesús LCL

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martes, 14 de enero de 2014

John Steinbeck: Las uvas de la ira


Cuando tratas de justificar por qué hay que leer a los clásicos siempre se me ocurren tres razones: nos enseñan, nos entretienen y nos emocionan desde el pasado. Esto es lo que ocurre con Las uvas de la ira. Esta novela de Steinbeck plantea las vicisitudes de la familia Joad con Tom Joad a la cabeza quien tras salir de prisión con la condicional emprende un viaje por la famosa ruta 66 con su familia. Esta ha sido desahuciada  a consecuencia de lo que se llamó “Dust Bowl”, una sequía pertinaz que en los años 30 arrastró a millones de americanos a otra conquista del oeste, esta vez materializada en una nueva tierra prometida: California. En este camino  encuentran hambre, salarios de miseria,  marginación pero también solidaridad y dignidad entre los más pobres.

Como complemento a esta estupenda novela os recomiendo ver la película de John Ford de igual título y ganadora de dos óscar: al director y a la actriz secundaria Jane Darwell en el papel de la madre. Se le puede poner una pega a la película y es la traición final ya que cambió el final más dramático e impactante del libro por uno un poco más edulcorado en la película.

Animaos con esta novela y veréis cuantas situaciones os resultan similares con nuestra realidad actual.                  

MJ Saga